El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó ayer que “la tragedia climática” en la región sur del país fruto de unas históricas inundaciones “aún no ha acabado”, tras registrar al menos 90 muertos, 132 desaparecidos y cuantiosos daños materiales.
“Es una tragedia climática cuya dimensión nadie imaginaba y no acabó. El agua está bajando a otros lugares y va a llegar a otros municipios, y eso es muy grave”, advirtió el mandatario en una entrevista en la red pública EBC.
Mientras, en el estado de Rio Grande do Sul, y especialmente en su capital, Porto Alegre, se registraban saqueos y robos.
Según el último balance de la Defensa Civil, las lluvias torrenciales de la última semana en el estado de Rio Grande do Sul han causado por lo menos 90 fallecidos, 132 desaparecidos y cerca de 1,4 millones de afectados.
En una entrevista con RFI, la médica Diana Cascán alerta desde Porto Alegre sobre la necesidad de rescatar a numerosas personas que siguen atrapadas por las inundaciones que afectan a esa ciudad y a centenares de otras localidades en el sur de Brasil, país que está viviendo la peor catástrofe climática en la región.