Martín Iparraguirre
De nuestra Redacción
El Festival Mundial del Humor y el Choripán Cordobés culminó ayer su sexta edición con un balance más que positivo, ya que las inclemencias climáticas no impidieron la gran afluencia de público, lo que habla de su consolidación como uno de los encuentros culturales más arraigados en la ciudadanía. En efecto, la fuerte lluvia del viernes pasado, en su día de apertura, obligó a suspender las actividades artísticas del escenario principal, pero aún así el Parque Sarmiento de nuestra ciudad lució repleto de personas ansiosas por probar alguna de la infinidad de variantes del clásico sándwich local.
Ya la segunda jornada confirmó la convocatoria de público, con alrededor de 44.000 asistentes según los cálculos de la Policía, como destacó el propio secretario de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, Francisco Marchiaro.
“Tengo una amiga que es instagramer, que me dijo una frase genial: ‘uno de los principales condimentos del chori ha sido la lluvia’. El viernes habíamos armado una grilla muy potente con Cacho Buenaventura y Los Caligaris, que hacía dos años que no estaba en el festival y es una de las bandas con más seguidores en Córdoba, pero la lluvia nos impidió tener toda la programación artística.
Porque teníamos un escenario principal y tres domos con diferentes actividades, y tuvimos que suspender la actividad del escenario principal. Sin embargo, a pesar de la lluvia y la piedra, la afluencia del público fue muy buena ese día, lo que nos habla de la gran convocatoria que está teniendo el festival”, analizó Marchiaro en diálogo con HOY DÍA CÓRDOBA.
El funcionario resaltó el crecimiento sostenido que viene mostrando el encuentro desde su primera edición, donde las actividades se concentraban en torno a la oferta gastronómica, hasta el presente, donde ostenta una variedad de propuestas artísticas y culturales que lo convierten en una de las iniciativas más interesantes de la agenda cultural del año en la ciudad.
“Cada año, el festival ha ido creciendo en su oferta gastronómica y cultural, desde la primera edición que reunía un conjunto de carritos de comida, hasta ser un festival con una propuesta artística muy variada e interesante”, remarcó Marchiaro, quien además de los números ofrecidos en el escenario principal, destacó las actividades desarrolladas en los tres domos que este año tuvo el festival.
“Uno de los domos tuvo las ‘ChimiCharlas (diálogos picantes con artistas sensibles)’, con una oferta cultural muy sofisticada, que este año profundizamos con la presencia de Pedro Saborido y Carlos Presman, entre otros, y llevó mucha gente a pesar de estar dirigido a un público con intereses particulares”, indicó el secretario municipal, quien también mentó “el domo de improvisación, con el certamen de humor, y la carpa de ilustración donde las familias pudieron ver en vivo cómo trabajan los artistas del humor gráfico”.
“Una cosa interesante fue que las ofertas gastronómicas, dejando de lado los 30 carritos clásicos, van explorando cosas muy interesantes”, se explayó Marchiaro, quien rescató especialmente la apuesta de igualdad de género en la programación de esta sexta edición. “Este año apostamos a una ecuación de género que me parece valorable, uno de los principales premios fue, de hecho, para una mujer, mientras que las mujeres de las distintas propuestas artísticas anduvieron muy bien”, concluyó.
“Se convirtió en una política de Estado”
Marchiaro detalló que otra innovación estuvo en la “labor impacto medioambiental, ya que tuvimos una política de reducción de basura y reciclado en el festival” para procesar los desechos que dejó la fiesta popular.
“Un festival que llego para quedarse”, sintetizó el secretario de Cultura, ya que esta edición la hicimos por primera vez con una ordenanza municipal, lo que implica que el festival ha dejado ser una cuestión circunstancial para convertirse en una política de Estado, lo que impacta en un conjunto muy grande de trabajadores y actividades, desde los emprendedores gastronómicos, hasta los artistas de diferentes actividades que ya se guardan estas fechas en su programa para participar del encuentro”, resaltó.
Una realidad que, para el funcionario, garantiza su continuidad en las futuras gestiones de la Municipalidad. “Cuando Mestre asumió en 2011 tuvimos el desafío de crear la Secretaría de Cultura desde cero, ya que no existía, y después empezamos a buscarle vueltas al asunto, creando numerosas actividades, entre las que se encuentra el Festival del Humor y el Choripán. Eso le da al Gobierno que siga, del signo político que sea, una herramienta política muy potente. Después, cada Gobierno tomará las decisiones que quiera, pero arrancará de una construcción muy sólida que nosotros no tuvimos. A nosotros nos costó mucho construir esta realidad y a mí me da gusto pensar que quien me suceda, tendrá un piso alto desde el cuál arrancar su gestión”, evaluó.
Una apuesta para reconstituir los lazos sociales
En su diálogo con HOY DÍA CÓRDOBA, el secretario de Cultura municipal recordó una anécdota muy elocuente sobre el sentido social del festival, que tiene que ver con su nacimiento. “No hay que olvidarse de dónde viene el festival: nació como respuesta al acuartelamiento de la Policía en 2013”, aseveró Pancho Marchiaro, quien explicó que “el intendente (por Ramón Mestre) pidió entonces que pensáramos proyectos para reconstituir los lazos sociales de nuestra comunidad, porque hay que recordar que en 2013 la gente veía a un chico con gorra y moto y se escondía por temor”. “Que ya en 2014 hayamos conseguido que personas de diversas clases sociales se reunieran en un mismo espacio fue un gran logro”, rememoró.