El pintor Gastón Zárate, apodado «El Perejil» por haber sido inicialmente imputado sin pruebas suficientes en el crimen de Nora Dalmasso, cometido el 16 de noviembre de 2006 en la ciudad de Río Cuarto, declaró hoy en el juicio por jurados que se le sigue al viudo Marcelo Macarrón por el hecho.
Cabe recordar que para la época del femicidio, «El Perejil» realizaba tareas como pintor en la casa de la víctima y en febrero de 2007, casi tres meses después, fue detenido e imputado de los delitos de «violación y homicidio». La medida fue a requerimiento del terceto de fiscales que entonces tenía a cargo la investigación, integrado por Javier Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo, aunque cuatro años después, en marzo de 2011, Zárate fue sobreseído.
La detención de Zárate a partir de la incriminación en su contra que realizó un hombre con cierta incapacidad mental generó una fuerte reacción social que se trasladó a las calles para pedir por su libertad, reclamo que concluyó con su liberación tras unas 12 horas de encierro.
En sus dichos ante el tribunal este martes, Zárate dijo que “lo único que yo escuché es lo que siempre voy a repetir. Un día antes que él (Macarrón) se fuera (a Punta del Este) los escuché discutiendo. Y él (por Macarrón) le decía que ‘todo esto se iba a acabar”.
Posteriormente, apuntó al grupo de policías que lideraba el comisario Rafael Sosa y al abogado “que era el vocero de él (Macarrón) – sobre quien luego precisaría que se refiere a Daniel Lacase- fueron los que me armaron la causa para que me metan preso a mí”, relató Zárate.
“Empezaron a visitarme los policías Orozco, Rafael Sosa y otro más, y me decían que Curiotti había matado a la señora y dijeron que tenía que ir uno de nosotros preso, porque tenían pruebas de que habíamos sido nosotros los que habíamos matado a la señora”, manifestó Gastón Zárate.
Y agregó: “Luego, cuando armaron la escena del crimen, los policías cuando me entrevistaban tenían el teléfono prendido en comunicación con el vocero, Lacase, y me estaban grabando lo que yo decía”. A lo que añadió: “Fue parte de la policía y querían tapar la causa con uno de nosotros».
Por otra parte, para esta jornada también fueron citados a declarar otros dos testigos: Juan Agustín Silvestre y Carlos Wilberg.
El juicio por jurados tiene como único imputado al médico traumatólogo y viudo de la víctima, Macarrón, quien afronta cargos por “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, un delito que contempla la pena de prisión perpetua.
De acuerdo a la causa, el atacante la mató utilizando «el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación» y luego «ordenó la escena con la finalidad de simular un hecho de índole sexual, tras lo cual se retiró del lugar, sin dejar rastro alguno de su persona».