Los padres de una chica de 11 años que el 14 de enero último se ahogó en un río de la localidad cordobesa de Cabalango denunciaron penalmente a la provincia y ese municipio al sostener que el lugar no contaba con las condiciones ni los requisitos exigidos para funcionar como espacio turístico.
El abogado Carlos Nayi, quien representa a la familia de la víctima, manifestó hoy al Canal 12 que ya se hizo la presentación ante la justicia para ser admitidos como querellantes.
El letrado detalló que en ese marco se solicitaron varias medidas procesales en la “búsqueda de justicia que exige la familia”, y que en ese camino se pide “determinar eventuales responsabilidades de dolo eventual”, tanto de Cabalango como de la Dirección de Recursos Hídricos de la provincia.
Nayi afirmó que la menor, Jazmín Saldaña, sabía nadar y que murió luego de ser “literalmente succionada por la fuerte presión de un caño” que alimenta de agua a los piletones desde el río Los Chorrillos, en la zona de Cabalango en el departamento Punilla, y esa fuerza la mantuvo sumergida hasta ahogarla.
El abogado sostuvo que el matrimonio con sus dos hijos, haciéndose eco de las promociones por redes sociales y por otros medios que realizaba el Municipio, decidieron trasladarse hasta el camping a pasar el día en familia y que, por la estadía, abonaron $3.000 haciendo un gran esfuerzo económico porque son muy humildes.
El complejo municipal funcionaba con un sinnúmero de “irregularidades”, sin señal de peligro, sin indicador de la prohibición de bañarse, sin policías, sin salvavidas, sin servicios de policía y sin servicio de emergencia.
“La policía demoró 45 minutos en llegar y la ambulancia demoró tres horas. Los profesionales procuraron reanimarla pero ya nada pudo hacerse, era muy tarde”, explicó el abogado querellante.
Por su parte Fernando Saldaña, papá de Jazmín, relató que su hija “sabía nadar perfectamente”, que lo estuvo haciendo en una zona profunda y que él vigilaba permanentemente mientras se encontraba en el río.
“Cuando no la vi más me tiré. La busqué y estaba sumergida atrapada por el fuerte succión de un caño que tenía mucha presión y no pude sacarla”, entonces pidió ayuda a la gente que se encontraba en el lugar y lograron rescatarla.
Desde el 11 de noviembre a la fecha suman 18 las víctimas que, en distintas circunstancias, murieron ahogadas mientras se encontraban en ríos o piletas cordobesas.