El concejal Rodrigo de Loredo (bloque Evolución) presentó ayer un relevamiento de cedulones del impuesto Inmobiliario municipal realizado en 14 barrios de la ciudad, que reveló un importante aumento en medio de la crisis económica general por la pandemia del coronavirus. Según el edil, el tributo tuvo una suba anual promedio del 72%, por lo que reclamó alivios tributarios” al intendente Martín Llaryora.
Sin reducciones, exenciones, moratorias, descuentos ni planes de pago. Como si nada hubiera pasado, llegaron los cedulones de junio del Inmobiliario municipal”, se quejó De Loredo, quien criticó a Llaryora por lo que considera una falta de sensibilidad y de conexión con la realidad”. Su seguimiento de los cedulones del tributo sobre los inmuebles sostiene que los incrementos interanuales llegan a picos de más del 100%, pese a que el Intendente había puesto como tope de la suba un 53% a inicios del año.
Arrancamos el año con un impuestazo municipal, que en el caso del Inmobiliario fue el más alto de la última década y el más grande de entre las ciudades de la Argentina, alcanzando el 72% promedio. Ese es el verdadero llaryorazo: recaudar más a costa de asfixiar los bolsillos de los vecinos”, enfatizó De Loredo, que comparó sus cifras con la estadísticas de la crisis que sacude al país por el freno de la economía. Caídas de la actividad del 86,4% en la construcción, del 85,6% en hoteles y restaurantes, del 50,8% en ventas minoristas; contra subas del Inmobiliario del 94% en barrio Observatorio, 67% en Urca, 120% en un lote de Manantiales, o 68% en Altamira.
Ante este contexto tan adverso, el municipio hace la vista gorda y sigue cobrando como si nada hubiera pasado. Los bolsillos de los vecinos no dan para más, necesitan un Estado presente, que ponga en marcha planes de pago, que prorrogue vencimientos, que ayude a quienes peor la están pasando con exenciones y descuentos. Exigimos al gobierno municipal que articule herramientas que permitan alivianar la carga impositiva. Las subas son exorbitantes en un contexto que resulta imposible poder afrontarlas”, consideró De Loredo.