Estados Unidos pasó el susto más grande de su historia en el torneo femenino de básquet en los Juegos Olímpicos, pero se quedó con su octava medalla dorada consecutiva. Francia, apoyado por muchísimo público en el estadio de París Bercy, lo puso en aprietos hasta el último tiro (67-66), cuando Gabby Williams -nacida en Norte América pero que eligió jugar para los galos- encestó desde el borde de la línea perimetral el tiro que podría haber llevado la definición al suplementario, pero que terminó en otro festejo del ‘Team USA’, al igual que había ocurrido con los varones.
El plus de la celebración fue que el oro de ayer sirvió para alcanzar a China con 40 de ese metal y superarlo en el medallero final de París 2024. Williams quedó llorando junto al resto de sus compañeras francesas invadidas de aplausos de los fanáticos que esperaron el golpe que no llegó.
Pisó claramente la línea del perímetro con los dos pies, por lo que no había chance de reclamar que el lanzamiento era un triple, en vez de un doble. Justo antes, Kahleah Copper anotó dos tiros libres para el ‘Team USA’ con una sonrisa en su rostro, sabiendo que la historia estaba prácticamente finiquitada.
Lideradas por A’ja Wilson, que fue de menos a más para acabar con 21 puntos -que unidos a 13 rebotes la convirtieron no sólo en máxima anotadora, sino la mejor valorada (25)-, las estadounidenses sufrieron. En el costado, en realidad en el banco, quedó la jugadora de raíces argentinas Diana Taurasi -que no jugó un solo segundo este domingo-, quien se convirtió en la primera persona de este deporte en ganar seis oros olímpicos (ver pág 9).