Hamás efectuó ayer la mayor entrega de cautivos del alto el fuego en Gaza, en vigor desde el 19 de enero. En una ceremonia con la que nuevamente trató de demostrar su poder, liberó a tres israelíes y cinco tailandeses, todos secuestrados en el ataque del 7 de octubre de 2023.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, retrasó entonces su parte del canje (la excarcelación de 110 presos), en represalia por las escenas de caos durante la entrega de siete de los cautivos, “hasta que se garantice la liberación segura de los próximos rehenes” mañana.
Los reclusos fueron bajados de los autobuses a los que ya habían subido. Pocas horas más tarde, Netanyahu desbloqueaba la excarcelación, al recibir las garantías. Entonces pusieron rumbo a la ciudad cisjordana de Ramala, donde fueron recibidos por una multitud enardecida, completando el tercer canje de la tregua.
Para liberar a la soldada Agam Berger, de 20 años, primera en ser entregada ayer al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Hamás eligió las ruinas del campo de refugiados de Yabalia, en el extremo norte del enclave palestino.
Se trata de uno de los lugares más castigados por las tropas de ocupación israelíes en los más de 15 meses de guerra. Y, a su vez, una de las zonas a las que, desde hace dos días y a pesar del elevado nivel de destrucción, regresan gracias al alto el fuego cientos de miles de palestinos desplazados a la fuerza por las tropas durante la contienda.