El Senado de la Nación se encuentra en medio de un intenso debate por la aprobación de la «ley bases» y el paquete fiscal, ante la presión tanto de la oposición como de las propias tensiones internas del Gobierno. Durante más de diez horas de reuniones en las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Hacienda, se discutió a fondo el texto de la ley, con la participación de figuras clave como el vicejefe de Gabinete, secretarios de Trabajo y Energía, y líderes de diferentes provincias.
La postura opositora y la falta de votos propios por parte del oficialismo han llevado al Gobierno a considerar aceptar cambios en el proyecto para poder avanzar en el Senado. Mientras tanto, en Diputados se espera revertir posibles modificaciones en una segunda revisión. La incertidumbre se acrecienta ante la falta de consenso dentro de las filas oficialistas y la proximidad del paro nacional de la CGT.
El radicalismo, fundamental para la aprobación de la ley, se muestra dividido en cuanto a los puntos clave del texto. Algunos senadores rechazan la reforma laboral incorporada al proyecto, mientras que otros plantean objeciones a aspectos como la privatización de Aerolíneas Argentinas o la moratoria previsional. Además, las críticas al paquete fiscal se centran en la reposición del impuesto a las Ganancias, el blanqueo de capitales y cambios en el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego.
Martín Lousteau, líder del bloque radical, ha advertido sobre la falta de debate serio en torno a las leyes propuestas y la posible intención de algunos sectores oficialistas de apurar la firma de dictámenes sin considerar a fondo las implicaciones de las medidas. La complejidad de los temas en discusión requiere un abordaje detenido para lograr una legislación adecuada.
El cronograma establecido por La Libertad Avanza ha sufrido ajustes debido a la extensión de las reuniones y la falta de consenso. Se espera que la discusión continúe en las próximas semanas, con la posibilidad de que el resultado final no sea alcanzado en los plazos esperados inicialmente. El oficialismo mantiene la esperanza de lograr un dictamen de mayoría que permita avanzar en ambas leyes, pero la incertidumbre persiste en medio de las divisiones internas y las presiones externas.
Por ahora, el Senado enfrenta un escenario complejo en el que se entrecruzan intereses políticos, demandas de distintos sectores y la necesidad de llegar a acuerdos para sacar adelante una legislación que impactará en diversos aspectos de la vida nacional. La incertidumbre y las tensiones marcan el devenir de la discusión en una etapa crucial para el futuro del país.