La provincia de Córdoba ha sido favorecida por una geografía pródiga en paisajes y ambientes naturales donde los turistas y visitantes pueden tener experiencias únicas y un ejemplo de ello son tres clásicos destinos: Villa Giardino, Santa Rosa de Calamuchita y Nono, en los que además de degustar buena gastronomía, se pueden realizar caminatas, cabalgatas, senderismo y disfrutar de playas y balnearios.
Conocida como «El Jardín de Punilla», Villa Giardino, ubicada sobre la ruta nacional 38 -a unos 70 kilómetros de Córdoba Capital- en el valle homónimo, es un lugar repleto de flores y una vegetación tan abundante como colorida; a tal punto que, en el ingreso, un reloj floral da la bienvenida al lugar.
Su reserva ecológica natural, el balneario, camping municipal El Portocelo y el arroyo Los Quimbaletes, son lugares perfectos para disfrutar de un día de picnic.
Otro sitio imperdible para deleitarse con las vistas y unos buenos mates es el mirador y antiguo Molino de Thea, con una vista impresionante del río Grande de Punilla.
También el Camino de los Artesanos es otro trayecto infaltable donde se encuentran atelieres, casas de artesanos y restaurantes, y al que se llega con facilidad: desde la emblemática Av. San Martín son dos kilómetros hasta el inicio del camino.
Desde allí solo queda «dejarse llevar» por los nueve kilómetros que conectan la localidad con La Cumbre y visitar sus comercios, donde se ofrecen desde telares y obras de arte en madera, hierro y metal hasta dulces caseros y conservas.
En tanto, la localidad de Santa Rosa de Calamuchita, ubicada a unos 96 kilómetros de la capital provincial y 24 de la ciudad de Embalse, es un lugar perfecto para desconectar y dejarse llevar por la naturaleza, además de dejarse seducir por sus playas y balnearios.
Posee una impronta colonial, con íconos culturales como una antigua capilla, estancias, comercios, galerías de arte y paseos de artesanos.
Por las tardes, su circuito histórico se convierte en un gran plan para recorrer sus rincones donde destaca la Capilla Vieja, ubicada en el casco céntrico que, con más de dos siglos de antigüedad, es un emblema de la localidad.
Además, se puede hallar una gran variedad productos regionales como la miel, destilería aromática, pastelería artesanal y fabricación de chacinados.
Por la noche, los visitantes pueden recorrer la renovada costanera, ver obras de teatro y espectáculos musicales en familia o disfrutar de comidas criollas en sus restaurantes.
Para el lado de Traslasierra, en el oeste provincial y a 150 kilómetros de la capital cordobesa, la localidad de Nono es conocida por sus ríos cristalinos, ideales para alejarse del estrés citadino y conectarse con la naturaleza.
El río Los Sauces es aconsejable para los más pequeños, mientras que el río Chico es perfecto para nadar entre grandes piedras, y entre esos rincones imperdibles está la «Juntura de los Ríos», donde la unión de ambos cursos forma un paisaje singular.
Además, hay varias opciones para hacer senderismo y cabalgatas, como el Sendero del Arroyo, el Empedrado y el Sendero de La Juntura.
Otro paseo infaltable es el Museo Rocsen -con más de 55.000 piezas en exhibición permanente- que es un espacio multifacético y politemático que alberga una impresionante colección de objetos de diversa índole, y hasta exhibe una momia de Nazca, Perú, con más de 1.200 años de antigüedad.
Nono es uno de los pueblos más antiguos de Traslasierra, y esto se puede ver en las construcciones del centro de la localidad, alrededor de la plaza principal, donde destacan las casas típicas de adobe, los almacenes de ramos generales y una capilla de 1908.